Las inundaciones afectan a miles en Pakistán desde fines de julio. | AFP
- Según los expertos, el monzón de este año no se aleja de la regularidad
- La sequía y las temperaturas en Rusia están marcando un récord histórico
- Se esperan más episodios extremos como estos y más frecuentemente
La Tierra ha explotado por Asia esta vez: el continente llora, suda y arde, y lo hace todo al mismo tiempo. Mientras gran parte de China, India, Pakistán y Bangladesh se encuentran ahogadas por las lluvias torrenciales del monzón estival, Rusia sufre la peor ola de calor en mil años, según los expertos.
¿Es esta la prueba definitiva de cambio climático? Los meteorólogos son cautos a la hora de culpar al hombre de estos episodios extremos. Al menos en parte. Pues mientras las lluvias monzónicas son, en definitiva, un fenómeno periódico anual, las altas temperaturas y la sequía en Rusia están marcando un récord sin precedentes.
El catedrático de Geografía fisica de la Universidad de Barcelona, Javier Martín-Vide, y presidente de la Asociación de Geógrafos de España, explica a EL MUNDO.es: "A pesar de las consecuencias dramáticas por falta de recursos o previsión, las lluvias monzónicas de este año no se alejan de la regularidad".
Lluvias y fuego al mismo tiempo
El monzón es un fenómeno cíclico que ocurre regularmente cada verano en el hemisferio norte y afecta a las áreas de India, Pakistán, Bangladesh y sur de China, principalmente. Se trata de un aire inestable y húmedo proveniente del océano índico y que es absorbido por el contiente asiático, donde además, se enfrenta con la cordillera más alta del planeta, el Himalaya, provocando los mayores diluvios del planeta.
"Existen variaciones en intensidad de un año a otro, pero es un fenómeno periódico que se espera cada año en estas zonas", indica Martín-Vide.
El experto en climatología se muestra cauteloso, no obstante, a la hora de hacer un balance de la temporada: "Las precipitaciones torrenciales de este año no están siendo excepcionales hasta el momento. Esta no es la temporada más intensa registrada, aunque habrá que esperar hasta el final del verano para hacer un balance global".
Los deslizamientos de tierra, las lluvias y la vulnerabilidad del territorio han provocado, sin embargo, miles de muertos en el sureste asiático y millones de desaparecidos. "Por su geografía y poca previsión, Asia es, en cualquier caso, el continente con mayor número de víctimas por causas meteorológicas cada año", recuerda Martín-Vide.
El agua torrencial del sur contrasta con la severa sequía del norte del gran continente. Según los meteórologos locales, las temperaturas alcanzadas en Moscú en las últimas semanas no se habían producido en 130 años, desde que se tienen registros históricos, mientras que hay que remontarse a 1972 para encontrar informes de incendios tan graves. La temperatura media en Moscú el pasado julio fue 7,8 ºC por encima de lo habitual, y el día 29 alcanzó la cifra histórica de 40 ºC.
Dos episodios extremos al mismo tiempo
¿Están relacionados estos dos fenómenos climáticos extremos en Euroasia? "Ligeramente", explica a EL MUNDO.es Robert Stefanski, director del departamento de Agrometeorología Mundial de laOrganización Meteorológica Mundial (WMO por sus siglas en inglés). "Bangladesh y Pakistán están viviendo el fenómeno atenuado de La Niña, que ha traído más humedad y tormentas a la zona, por lo que elmonzón de 2010 está siendo algo más activo", indica.
Además, este año, en la misma época, "la corriente en chorro proveniente del Atlántico que ha dejado fuertes lluvias también en centroeuropa ha bajado en latitud y se ha encontrado con la mayor humedad del monzón", continúa Stefanski, que concluye: "La coincidencia de estos dos fenómenos opuestos ha desencadenado una mayor inestabilidad en todo el continente euroasiático".
Tanto el catedrático español como su colega meteorólogo de la WMO opinan que, si bien Asia presenta unas 'anomalías climáticas' estos meses, no se puede establecer una relación directa y única entre el cambio climático y estos fenómenos extremos. "No obstante", alerta Stefanski, "si la temperatura de la atmósfera sigue aumentando, estos episodios extremos serán, cada vez, más intensos, y mas frecuentes", concluye.