La esfera celeste, al igual que la esfera terrestre, está dividida en zonas geográficas de mayor o menor extensión que forman una especie de mapamundi de ochenta y ocho«continentes»: las constelaciones, cuyos dibujos trazan grupos de estrellas que brillan con mayor o menor intensidad. Representan figuras convencionales de as que toman sus nombres: personajes mitológicos, animales fabulosos u objetos científicos.
Efectos de perspectiva
Una constelación es el dibujo particular formado por algunos astros que, gracias a su intenso brillo, destacan de forma especial sobre el fondo oscuro del cielo respecto a las demás estrellas.
De este modo, las constelaciones dibujan figuras arbitrarias sobre la bóveda celeste que nos permiten memorizar el aspecto del cielo y situarnos en él más fácilmente.
Sin embargo, las estrellas que forman una constelación no suelen tener ningún tipo de proximidad entre si. Las distancias que las separan pueden ser muy grandes, y sólo un efecto de perspectiva provoca que finalmente las observemos como si pertenecieran a un mismo plano. Los objetos que dibujan estas figuras son estrellas, cuerpos como nuestro Sol, aunque de tamaño, colores y edades diferentes.
Estas estrellas nos parecen inmutables, siempre en el mismo lugar desde hace varios milenios, pero en realidad se desplazan, y su aparente inmovilidad se debe a las distancias enormes que nos separan de ellas; se encuentran tan alejadas de nosotros que no podemos percibir el desplazamiento de la mayoría de ellas a lo largo de nuestra existencia.
De este modo, las constelaciones dibujan figuras arbitrarias sobre la bóveda celeste que nos permiten memorizar el aspecto del cielo y situarnos en él más fácilmente.
Sin embargo, las estrellas que forman una constelación no suelen tener ningún tipo de proximidad entre si. Las distancias que las separan pueden ser muy grandes, y sólo un efecto de perspectiva provoca que finalmente las observemos como si pertenecieran a un mismo plano. Los objetos que dibujan estas figuras son estrellas, cuerpos como nuestro Sol, aunque de tamaño, colores y edades diferentes.
Estas estrellas nos parecen inmutables, siempre en el mismo lugar desde hace varios milenios, pero en realidad se desplazan, y su aparente inmovilidad se debe a las distancias enormes que nos separan de ellas; se encuentran tan alejadas de nosotros que no podemos percibir el desplazamiento de la mayoría de ellas a lo largo de nuestra existencia.
Identificación de los constelaciones
Algunos nombres de constelaciones se pierden en la noche de los tiempos. Proceden en su mayoría de figuras míticas a las que se cree que representan y se relacionan con un sinfín de historias y leyendas. Principalmente son de origen griego, pero también nos llegan de otros pueblos de la antigüedad y, posteriormente, de los observadores árabes de la edad media. Este medio de proyección permitía a estos pueblos dedicados a la agricultura y a las actividades en el mar una fácil memorización de las formas de los dibujos celestes con el fin de utilizarlos en su vida cotidiana.
Las representaciones y las leyendas han viajado durante siglos, se han transmitido y han cambiado a la par que los intercambios comerciales o culturales y las guerras de invasión.
Nos detendremos brevemente en algunas de las denominaciones que se han conservado a lo largo de los siglos y que los astrónomos aficionados o profesionales de hoy siguen utilizando con mucha frecuencia, como tantos héroes y demonios que se han calmado y que no nos atrevemos a despertar: las constelaciones de Tauro, de Orión, de Pegaso, de Andrómeda, delCochero, del Águila, de la Hidra Macho, de la Ballena…; las estrellas Vega, Antares, Betelgeuse, Rigel, Canopus, Sirius. Nombres que nos transportan hasta la Grecia helénica, los tiempos de los faraones del Alto Egipto, no muy lejos de las civilizaciones babilónicas e incluso del imperio musulmán medieval.
En 1603, el astrónomo alemán Johann Bayer catalogó por primera vez en su obra Uranometria las constelaciones inventadas sobre la esfera celeste a lo largo de los siglos por sacerdotes y poetas de varias civilizaciones, todas cargadas de significados simbólicos, religiosos y astrológicos. En los siglos que seguirán, el cielo nocturno experimentará a veces algunas modificaciones y asistirá a la creación de nuevas constelaciones. Para obtener los favores de su soberano, algunos astrónomos no dudan a la hora de poner su nombre a constelaciones enteras. Así, entre 1660 y 1680, el astrónomo polaco Hevelius crea, además del León Menor, losPerros de Caza y el Lagarto, la constelación delEscudo de Sobieski, pues el rey de PoIonia, Juan III Sobieski, le había asignado una pensión en 1677. Fueron adulaciones de cortesano las que incitaron al italiano CoroneIIi, bajo el reinado de Luis XVI a rebautizar como Flor de Lis la constelación de la Mosca. También se podían intercambiar «cortesías celestes» entre amigos: así, en 1774 Jéröme de Lalande no dudó en inventar la constelación de Messier en honor a su colega, quien descubrió numerosos cometas.
Deberemos esperar hasta el siglo XVI y los primeros viajes de exploración al hemisferio Sur para que la parte austral de la esfera celeste empiece a cartografiarse poco a poco; las relaciones cartográficas fueron ultimadas de forma definitiva en el siglo XVIII en el atlas celeste del inglés John FIamsteed, director del observatorio de Greenwich. Las formas y los nombres de las nuevas constelaciones se refieren a objetos de tipo científico en sustitución de las figuras míticas propias del hemisferio Norte. Actualmente, el conjunto de la esfera celeste se divide en 88 constelaciones: cada una de ellas ocupa una superficie determinada y sus fronteras fueron establecidas oficialmente en 1925 por el único organismo competente, la Unión astronómica internacional (U.A.I.).
En 1603, el astrónomo alemán Johann Bayer catalogó por primera vez en su obra Uranometria las constelaciones inventadas sobre la esfera celeste a lo largo de los siglos por sacerdotes y poetas de varias civilizaciones, todas cargadas de significados simbólicos, religiosos y astrológicos. En los siglos que seguirán, el cielo nocturno experimentará a veces algunas modificaciones y asistirá a la creación de nuevas constelaciones. Para obtener los favores de su soberano, algunos astrónomos no dudan a la hora de poner su nombre a constelaciones enteras. Así, entre 1660 y 1680, el astrónomo polaco Hevelius crea, además del León Menor, losPerros de Caza y el Lagarto, la constelación delEscudo de Sobieski, pues el rey de PoIonia, Juan III Sobieski, le había asignado una pensión en 1677. Fueron adulaciones de cortesano las que incitaron al italiano CoroneIIi, bajo el reinado de Luis XVI a rebautizar como Flor de Lis la constelación de la Mosca. También se podían intercambiar «cortesías celestes» entre amigos: así, en 1774 Jéröme de Lalande no dudó en inventar la constelación de Messier en honor a su colega, quien descubrió numerosos cometas.
Deberemos esperar hasta el siglo XVI y los primeros viajes de exploración al hemisferio Sur para que la parte austral de la esfera celeste empiece a cartografiarse poco a poco; las relaciones cartográficas fueron ultimadas de forma definitiva en el siglo XVIII en el atlas celeste del inglés John FIamsteed, director del observatorio de Greenwich. Las formas y los nombres de las nuevas constelaciones se refieren a objetos de tipo científico en sustitución de las figuras míticas propias del hemisferio Norte. Actualmente, el conjunto de la esfera celeste se divide en 88 constelaciones: cada una de ellas ocupa una superficie determinada y sus fronteras fueron establecidas oficialmente en 1925 por el único organismo competente, la Unión astronómica internacional (U.A.I.).
Nomenclatura
Los astrónomos adoptaron una nomenclatura común para designar las constelaciones. Cada constelación, además de su nombre local (español, francés, inglés…) tiene un nombre en latínque constituye su denominación internacional: la Osa Mayor, por ejemplo, es conocida por los astrónomos de todo el mundo con el nombre de Ursa Major. También las abreviaturas de los nombres en latín son de uso corriente y sirven para designar las constelaciones y, sobre todo, los objetos que forman parte de ellas.
Entre las constelaciones figura una categoría especial, la de las constelaciones zodiacales, que se suceden sobre una franja de la esfera celeste y representan los doce signos del zodiaco.
Entre las constelaciones figura una categoría especial, la de las constelaciones zodiacales, que se suceden sobre una franja de la esfera celeste y representan los doce signos del zodiaco.
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¿Qué es una constelación?
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Si te ha gustado lo mejor que debes hacer es ir a su blog/pagina.
En mi blog no puedes dejar comentarios , pero si en el del autor.
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HA ENTRADO EN el BLOG/ARCHIVO de VRedondoF. Soy un EMPRESARIO JUBILADO que me limito al ARCHIVO de lo que me voy encontrando "EN LA NUBE" y me parece interesante. Lo intento hacer de una forma ordenada/organizada mediante los blogs gratuitos de Blogger. Utilizo el sistema COPIAR/PEGAR, luego lo archivo. ( Solo lo INTERESANTE según mi criterio). Tengo una serie de familiares/ amigos/ conocidos (yo le llamo "LA PEÑA") que me animan a que se los archive para leerlo ellos después. Los artículos que COPIO Y PEGO EN MI ARCHIVO o RECOPILACIÓN (cada uno que le llame como quiera) , contienen opiniones con las que yo puedo o no, estar de acuerdo.
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Cuando incorporo MI OPINION, la identifico CLARAMENTE,
con la unica pretension de DIFERENCIARLA del articulo original.
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Mi correo electronico es vredondof(arroba)gmail.com por si quieres que publique algo o hacer algun comentario.