—Cuando conoció el desastre en la central de Fukushima tras el terremoto de Japón, ¿qué fue lo primero que se le vino a la cabeza?
—Al principio no pensé que fuera una gran catástrofe, me preocupaba más el tsunami, pero a medida que se sucedían los acontecimientos, lo que pensé es que necesitamos desarrollar una fuente de energía sostenible, segura y que no se agote, y ésa es la energía de fusión.
—¿En qué consiste exactamente?
—Es el tipo de energía que utilizan las estrellas, pero hecha aquí, en la Tierra. Básicamente, consiste en unir partículas de hidrógeno hasta que se convierten en helio, a temperaturas de 150 millones de grados. Es un proceso muy difícil, hacen falta campos magnéticos para mantener esa temperatura, y se hace con un gramo cada vez.
—¿Qué nos falta para conseguirla?
—Ya hemos obtenido algo de energía de fusión. Por primera vez en el año 97, en el JET, mi laboratorio cerca de Oxford, obtuvimos 16 MW, suficiente para dar energía a 16.000 personas, aunque por poco tiempo. Ahora debemos conseguir que sea asequible.
—¿Qué ventajas tiene?
—Es limpia, abundante —si fuera la única fuente de energía que se utilizara el mundo duraría 30 millones de años—, no produce accidentes graves ni residuos y utiliza poco suelo.
—¿No tiene riesgos?
—No hay nada que tenga riesgo cero, pero el peor accidente de una central de fusión no requeriría evacuarla. Y eso en el peor de los casos. No ocurríría lo de Fukushima.
—¿Se reducirían las emisiones de carbono y el calentamiento global?
— Por supuesto, no emite CO2.
—Entonces, ¿cuál es el siguiente paso?
—La construcción del ITER (Reactor Termonuclear Experimental Internacional) en Francia. A mediados de la década de 2020, el ITER logrará mantenerse caliente. Será como encender un fuego y la fusión empezará a salir. Será un experimento histórico, aún más importante que cuando Enrico Fermi consiguió el primer reactor nuclear. La primera electricidad de fusión podría llegar a finales de los 30. Depende de la voluntad política, de la inteligencia de los científicos y de la financiación.
—¿No se puede ir más rápido?
—Sí, pero haría falta más inversión.Cuando Kennedy dijo que llegarían a la Luna en diez años invirtieron muchísimo dinero, más de diez veces lo que se invierte ahora en fusión.
—Pero algunas voces critican el gran coste del ITER
—A Europa le va a costar 6.000 millones, pero no es mucho. La cantidad que gastan los gobiernos en investigación es menos del 1% de lo que se invierte en energía cada año, mientras que en un ordenador de Apple es el 10%. Es una locura gastar tan poco en investigación y dedicar millones a dar subvenciones, por ejemplo, al carbón, que es contaminante.
—¿Qué ocurrirá con las energías renovables?
—La fusión convivirá con ellas, pero el coste de las energía solar o eólica irá subiendo. Creo que necesitamos toda una cartera de soluciones y no deberíamos poner todos los huevos en una sola cesta.
—¿Cuándo apretaré el interruptor en casa y la luz vendrá de la fusión?
—La fusión no será masiva hasta la segunda mitad de este siglo, cuando existan cien reactores.
—Mientras no llega, ¿está de acuerdo con usar energía nuclear y construir nuevas centrales?
—Sí, es inevitable. Pero las nuevas centrales, sobre todo las europeas, son enormemente seguras. El debate nuclear es político, no científico. Por supuesto, cuando tengamos energía de fusión no seguiremos utilizando la energía nuclear, la sustituirá.
—Si nos ponemos en el peor de los escenarios y , por ejemplo,la energía de fusión no es rentable, ¿que le sucederá al mundo?
— Si no hay suficiente energía subirán los precios y esa posibilidad me da miedo, porque cuando un recurso es escaso la gente lucha por él. Tenemos carbón y petróleo, pero, ¿cuánto van a durar? ¿150 años?
—Dos científicos italianos afirman haber conseguido la fusión fría. ¿Qué opinión le merece?
—La fusión es algo tan atractivo que hace que la gente busque milagros. Ese experimento no se parece a la fusión. No hay firma de neutrón.
Las centrales europeas, más seguras
J. DE JORGE MADRID
—¿Qué es lo que ha permitido que Fukushima no se haya convertido en otro Chernóbil?
—No sabemos todavía lo que ha ocurrido. No es Chernobil, está claro, y los japoneses han sido muy valientes. Son excelentes ingenieros.
—¿Cree que la crisis se ha llevado de forma correcta, que Japón ha actuado como debía?
—Por supuesto que sí. Es muy difícil reaccionar cuando miles de personas han muerto.
—¿Qué nos vamos a encontrar cuando se resuelva la crisis?
—Soy científico, no me gusta especular, pero debemos tener en cuenta que, en realidad, lo único que ha resistido el mayor terremoto en la historia del país ha sido la central.
—¿Cómo afectará la radiación a los «kamikazes» de Fukushima?
—No sucederá una catástrofe, pero ni siquiera la agencia de la energía atómica lo sabe.
—Después de lo ocurrido, ¿es necesario revisar la seguridad de las plantas nucleares?
—Por supuesto. Va a haber más centrales en el mundo, y lo que queremos es que sean seguras.
—¿Alguna central europea debería desmantelarse?
—Todas son más recientes que Fukushima y mejores.
—¿Cree que es adecuado hablar de «apocalipsis nuclear»?
—Es una tontería enorme.