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23/2/09

Calculadora Prehistórica

Calculadora Prehistórica

Hueso de Ishango.

¿Cuándo comenzó a sentir el ser humano la necesidad de contar?. ¿Cual fue el momento en que se dio cuenta de lo beneficioso que podía resultar, por ejemplo,  saber el número de piezas que tenían que cazar si querían sobrevivir ese invierno o cuántos eran los machos y cuantas las hembras que componían esa tribu rival y si tendrían un número suficiente de lanzas para vencerlos?

Aunque saber cuando se empezó a contar resulta imposible, lo que es casi seguro es que el hombre primitivo realizaría sus primeros conteos con los dedos de la mano hasta diez, para luego incluir los de los pies hasta veinte. Pero qué pasaba cuándo había más de veinte y las cosas entraban en el complejo mundo de “muchos“.  Entonces apareció un “Einstein de las cavernas” que acabó con los “muchos” e ideó un sistema que le permitía el conteo de cantidades grandes e incluso realizar sencillas sumas, restas y hasta divisiones. Se trata del Hueso de Ishango de más de 20.000 años de antigüedad y que aunque llamarlo calculadora es exagerar, sin duda es el ancestro de los primeros ábacos y la primera constancia humana de nociones  matemáticas.

Los dos laterales del hueso de Ishango

El Hueso de Ishango es un peroné de babuino del  18.000- 20.000 a.C.  (paleolítico superioral que se le han realizado unas muescas en sus tres lados que siguen ciertas pautas matemáticas y que se cree servían para contar y realizar operaciones básicas.

Esquema del hueso con el número de muescas.

Por ejemplo la suma de las muescas  laterales es 60 y la central de 48,  ambos  múltiplos de 12. También en un lateral comienza con 3 muescas y luego se doblan hasta 6. Lo mismo pasa con 4 muescas que se doblan en 8  lo que sugiere que además de sumar y restar, tenían ciertas nociones del concepto de división y multiplicación. Además, el hueso de Ishango tiene un pedazo de cuarzo incrustado en un extremo que seguramente serviría para grabar o escribir, lo que lo convierte en una formidable herramienta multiuso y todo un alarde de tecnología.

Muescas del lateral izquierdo.

Muescas del centro.

Muescas del lateral derecho.

Existe otro caso similar todavía más antiguo, se trata del Hueso de Blanchard de más de 30.000 años de antigüedad.

En este caso se trata de un hueso plano al que se le han hecho un total de 69 pequeñas marcas de las que se desconoce su significado exacto. Se ha descartado que sirviera para realizar labores de conteo y más bien se piensa que es un seguimiento del ciclo lunar. Concretamente de dos ciclos lunares enteros. Aunque es una teoría que no está totalmente aceptada.

Detalle de las marcas del hueso de Blanchard que marcarían dos ciclos lunares completos.

De todos modos, estremece imaginar a aquel ancestro nuestro de mente inquieta, que empezaba a preguntarse cómo y porqué ocurrían las cosas a su alrededor, realizando su labor de “investigación” y marcando cada noche en el hueso lo que la diosa Luna trataba de decirle.

Más en:

Hueso de Ishango (Wiki)

Hueso de Blanchard. (1) y (2)