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5/9/11

Como empezar a observar el cielo nocturno


Esta noche hace buen tiempo, sube el barómetro y el parte meteorológico es favorable. Decidido: esta vez observaré las estrellas. Pero, ¿dónde y con qué instrumento? Para empezar con el mejor de todos: ¡mis propios ojos, claro!


La instalación de su observatorio

Antes que nada, deberá improvisar un pequeño observatorio. Lo ideal sería un rincón de su jardín resguardado de cualquier tipo de alumbrado público, con un buen cuarto del horizonte despejado, como mínimo, hacia el sureste o el suroeste. A falta de jardín una terraza o un balcón bien orientados cumplirán su cometido. Aunque el cemento o las baldosas del suelo tienen la molesta tendencia a almacenar el calor del día para restituirlo durante las primeras horas de la noche, lo que provoca turbulencias en las imágenes telescópicas (si bien éstas no resultan molestas a simple vista).
Tal vez algunos de ustedes se vean obligados a contentarse con una simple ventana…
Siempre que se vea una buena parte del cielo, una simple ventana ya nos permitirá observar un buen número de objetos interesantes.

Telescopio refractor de 70x


Un balcón permite la observación con un buen número de instrumentos pequeños. Como este refractor de 70 mm.
Lo importante es alejar los ojos de la luz artificial directa. Apague todas las luces de la habitación desde la cual vaya a realizar la observación o de cualquier habitación que ilumine su «balcón observatorio». Protéjase del alumbrado público o del de sus vecinos colocando una pantalla, un paraguas negro o una manta opaca en el eje de la luz artificial. Un poco tosco, pero eficaz. No dude en ir a ver a esos vecinos que gastan demasiado en halógenos, pues por lo general se mostrarán comprensivos.

Empezar a simple vista

Nuestros ojos tienen la extraordinaria capacidad de ver su sensibilidad centuplicada durante la noche. En realidad son de mil a diez mil veces más sensibles en la oscuridad que en pleno sol. Por la noche nuestra pupila se dilata y deja pasar mucha más luz. Nuestra retina está cubierta por dos tipos de células nerviosas que transmiten las informaciones luminosas al cerebro: los conos y los bastoncillos. Los conos permiten que veamos los colores en pleno día, mientras que los bastoncillos son sensibles a la luz, pero no a los colores. 
Cuando cae la noche disminuye la eficacia de los conos al mismo tiempo que aumenta la de los bastoncillos.
Esa es la razón por la que no percibimos los colores en la oscuridad. Así pues, un paisaje bajo Ia luz de la luna siempre nos parecerá monocromo. Para servirnos de toda nuestra agudeza nocturna, es imprescindible pasar veinte minutos o más resguardados de cualquier tipo de luz para que se pueda formar la «púrpura retiniana».
Entonces descubrirá, para su sorpresa, que desde la ciudad puede ver muchas más estrellas de las que imaginaba.
Hágase con una pequeña linterna cuya bombilla deberá pintar con esmalte de uñas rojo o recubrir con un papel de embalaje rojo. Los bastoncillos,al ser poco sensibles a la luz roja, evitarán el deslumbramiento cuando consulte sus mapas.

Tome nota de sus observaciones

Entre sus accesorios indispensables deberá encontrarse el famoso cuaderno de observación. ¡Anótelo todo en él! Ponga todo lo que vea, observe o descubra. Escriba, dibuje, traduzca sus emociones sobre el papel. La relectura de nuestras notas y la constatación de nuestros progresos siempre es algo apasionante, así como darse cuenta, a veces, de los verdaderos descubrimientos que hemos hecho.
De este modo seguirá el desarrollo de un eclipse lunar o, día tras día, la progresión de un cometa.
Consiga un pequeño tablero en el que pueda fijar las hojas para dibujar. Galileo, Camille, Flammarion y muchos otros expresaron sus observaciones a través de dibujos.

Situarse gracias al Sol

Situación del Sol
Antes de empezara observar las estrellas, empiece situándose en el suelo. ¿Dónde están el Norte, el Oeste, el Sur? ¿Está bien orientado su observatorio? Situarse observando el Sol es muy sencillo éste sale por el Este, pasa por el meridiano (al Sur) a las 12h solares y se pone por el Oeste. Dependiendo de la estación, se observa una pequeña variación en estos valores en verano el Sol sale más bien por el noreste y se pone por el noroeste.
En invierno, cuando los días son más cortos, el astro del día sale por el sureste y se pone por el suroeste. Puede utilizar una brújula para situarse más fácilmente. Pero también aprenderá muy rápidamente a situar los puntos cardinales a partir de la hora que le indique su reloj, por ejemplo. Tenga siempre en cuenta la diferencia derivada del horario de verano.
En esta estación, el mediodía (solar) es a las… ¡14 h! Una vez familiarizado con las constelaciones una simple ojeada ala bóveda celeste le informará también sobre su orientación.
AI fin y al cabo, éste fue el único método utilizado por los marineros durante siglos.
Todos los objetos interesantes para su observación siguen de modo aproximado el curso del Sol: salen por el Este, pasan por el meridiano (al Sur) y el cenit,y se ponen por el Oeste. En un sentido estricto,el curso de los astros en el cielo no es más que una ilusión. En realidad,se trata de la Tierra que rota sobre si misma en el sentido contrario al de las agujas del reloj… de Oeste a Este, lógicamente.
A modo de conclusión; su pequeño observatorio debe recibir una cierta insolación durante el día para poder ofrecer una orientación interesante durante la noche. Lo ideal sería disponer de un punto de vista hacia el Este y el Sur,o hacia el Sur y el Oeste.

Como empezar a observar el cielo nocturno