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Sí, lo que veis y escucháis en la imagen es un oso roncando a pierna suelta. Hasta hoy mismo, este sencillo y hasta entrañable gesto sigue siendo uno de los procesos más misteriosos de la naturaleza, pues desconocemos el mecanismo que les permite permanecer durante todo un invierno sin comer, beber, orinar ni defecar, y salir de su osera seis o siete meses después con sus funciones vitales intactas y apenas algunos kilos de menos.
Las dudas de los científicos sobre el proceso eran tan grandes que incluso tenían serios reparos para clasificar este letargo como "hibernación" y preferían hablar de una "falsa hibernación". Sus mediciones indicaban que algo no cuadraba en el letargo de los osos respecto a la hibernación de otros mamíferos más pequeños, como la marmota o los ratones. A diferencia de estos animales, la temperatura de los osos apenas bajaba, con lo que la ralentización del metabolismo parecía no tener una relación directa con el enfriamiento.
Un grupo de científicos del Instituto de Biología Ártica de la Universidad de Alaska Fairbanks acaba de publicar en Science el estudio más completo realizado hasta ahora sobre el letargo invernal de los osos y han confirmado con datos que se trata de un verdadero proceso de hibernación.
Para ello, los científicos monitorizaron a cinco osos negros americanos (dos hembras y tres machos) mientras "dormían" en unos habitáculos dispuestos al efecto y en los que podían medir la temperatura, los movimientos, el consumo de oxígeno y otros datos fisiológicos de estos animales. A diferencia de otros estudios anteriores, en esta ocasión lamonitorización fue continua y no con mediciones intermintentes, y se trataba de animales en libertad.
Lo que observaron fue durante los meses de hibernación de los cinco osos fue lo siguiente:
- La temperatura, que normalmente es de 37-38 grados, apenas bajó hasta una media de33 grados.
- El ritmo cardíaco se redujo de 55 a apenas 9 latidos por minuto.
- Se producían frecuentes arritmias, y el corazón se aceleraba con la inspiración y se relajaba hasta la siguiente respiración.
- Los animales cambiaban de posición desde dos veces al día hasta una vez cada dos días, para acicalarse o arreglar un poco su "cama".
- La actividad metabólica de los osos bajaba una media del 50% (hasta un 75%) durante el proceso, a pesar de no haber enfriamiento.
- Después de recuperar la temperatura normal, los osos mantenían un metabolismo reducido durante otras tres semanas.
- A diferencia de los mamíferos más pequeños, los osos no se despertaban repetidamente durante el sueño para recuperar temperatura. Los animales que se enfrían sí lo hacen y se cree que es para evitar daños cerebrales por el enfriamiento.
¿Qué conclusiones sacan los autores del estudio de todos estos elementos? La primera de todas es que el proceso de reducción del metabolismo permite hablar de una verdadera hibernación. La segunda conclusión es que buena parte de estos procesos sonindependientes de la reducción de temperatura, frente a los otros procesos de "animación suspendida" que se conocen. Y la tercera es que aún desconocemos cuáles son los mecanismos moleculares y bioquímicos que permiten esta reducción de la actividad y el misterioso letargo en que entran los osos durante el invierno.
Al hilo de esta investigación, algunos medios y científicos han especulado con la posibilidad de que el conocimiento de estos mecanismos permita hallar una manera para hibernar humanos y aplicarlo en misiones espaciales de larga duración, por ejemplo. Sin embargo, teniendo en cuenta lo poco que sabemos hasta el momento, parece que el camino que lleva del sueño de los osos a los viajes intergalácticos está todavía por andar.
Referencias: “Physiology: Life on Low Flame in Hibernation”, Gerhard Heldmaier (Science), “Hibernation in Black Bears: Independence of Metabolic Suppression from Body Temperature”, Øivind Tøien et al. (Science)
Lo que sabemos sobre el sueño de los osos
Científicos de la Universidad de Alaska Fairbanks monitorizan por primera vez de manera continua a cinco osos negros durante su período de letargo invernal. Sus observaciones proporcionan nuevos y valiosos datos y confirman que, pese a que su temperatura apenas baja, se trata de una auténtica hibernación como la de otros mamíferos más pequeños.