Rocas que se mueven solas
El parque nacional Death Valley (Valle de la muerte), en California, es el hogar de uno de los misterios geológicos mas interesantes del planeta. En su interior está "Racetrack Playa", el lecho seco del que fuera antaño un gran lago y que ahora no es mas que una gran extensión de barro cuarteado y arcilla castigada por el sol inclemente.
Lo que hace especial este lugar y diferente de cualquier otro desértico paraje del suroeste de Estados Unidos es que a lo largo y ancho de su superficie es posible encontrar grandes rocas tras de las cuales existen surcos abiertos en el barro, como si las rocas los fueran abriendo al moverse por el barro. Y es que efectivamente las rocas de "Racetrack Playa" se mueven. Se ha comprobado que con el paso de los años las rocas cambian de sitio y se van desplazando poco a poco, como si tuvieran vida propia, dejando tras de si surcos de cientos de metros.
La mayor parte de las rocas que se encuentran desperdigadas por "Racetrack playa" llegan a ella cuando se desprenden de las colinas adyacentes. Algunas de estas rocas son mas pesadas que una persona adulta, lo cual hace aún mas extraño el fenómeno y de mas difícil explicación.
A pesar de que se han llevado a cabo bastantes investigaciones para arrojar luz sobre este tema, nadie sabe a ciencia cierta cual es la verdadera explicación al misterioso desplazamiento de las rocas. De hecho, nadie ha visto nunca una de ellas en movimiento, tan solo tenemos esos extraños surcos tras ellas que atestiguan el recorrido que van haciendo con el tiempo. Lo que parece estar claro es que a las rocas no les salen patas que las ayuden a estar un día en un sitio y al día siguiente varios metros mas lejos.
Existe una hipótesis que destaca como la mas probable entre todas las que tratan de dar una explicación al fenómeno. Según esta hipótesis, los misteriosos "paseos" simplemente son el fruto de la acción conjunta del viento de la zona y la fina película de hielo que a veces se forma cuando baja drasticamente la temperatura en la región. Ambos agentes propiciarían diminutos deslizamientos de las rocas, imperceptibles para nuestros ojos, pero que con los años y tras la acumulación de muchos de estos breves movimientos, hacen que las rocas están a decenas o cientos de metros de su lugar original.