La próxima vez que mires al cielo ten en cuenta esto: hay tres veces más estrellas de las que nos habían enseñado en el colegio. El astrónomo de la Universidad de Yale, Pieter van Dokkum, y el astrofísico de Harvard, Charlie Conroy, acaban de publicar un estudio en Nature que corrige al alza los cálculos realizados hasta ahora sobre el número de estrellas en el Universo.
En concreto, el estudio sugiere que el Universo contiene 300 x 10 ^23 estrellas, o un 3 seguido de 23 ceros, lo que equivale a unos 300.000 trillones de estrellas, que en números pinta tal que así:
En concreto, el estudio sugiere que el Universo contiene 300 x 10 ^23 estrellas, o un 3 seguido de 23 ceros, lo que equivale a unos 300.000 trillones de estrellas, que en números pinta tal que así:
300.000.000.000.000.000.000.000
La clave del error está en la asunción que hacían los astrónomos al extrapolar las propiedades a la Vía Láctea al resto de galaxias para hacer sus cálculos. Como no pueden contar las enanas rojas fuera de nuestra galaxia (tienen una masa de alrededor de un tercio de nuestro sol), los científicos asumían que el promedio de este tipo de estrellas sería similar al de la Vía Láctea, es decir, en una proporción de 100 enanas rojas por cada estrella similar a nuestro Sol.
Usando el telescopio Keck, ubicado en Hawai, Conroy y Van Dokkum han confirmado que las galaxias elípticas, que superan en número a las galaxias en espiral como la nuestra, contienen un promedio muy superior al calculado y que la proporción es de 1.000 a 2.000 enanas rojas por cada sol.
"Estamos viendo 10 ó 20 veces más estrellas de las que esperábamos", asegura van Dokkum. "Puede que tengamos que abandonar este concepto de usar la Vía Láctea como plantilla para el resto del Universo".
El estudio presentado tiene algunos puntos débiles, basados en el mismo principio que pone en cuestión: los científicos están asumiendo que la composición de las enanas rojas en las galaxias elípticas es el mismo que en las galaxias espirales como la Vía Láctea. Si esta presunción fuera errónea, tocaría recalcular el número de estrellas y volveríamos a empezar. En cualquier caso, su aproximación pone en evidencia que aún nos queda mucho por saber sobre la composición de las galaxias y confirma que somos una especie bastante egocéntrica a la hora de realizar mediciones.