Se llama GFAJ-1 y se ha convertido en una gran estrella mediática con la ayuda de la NASA, algunos periodistas con prisas y un nutrido grupo de conspiranoicos que esperaba la aparición de un alienígena tocando el piano en la rueda de prensa de este jueves. ¿De verdad es tan trascendente el hallazgo? Te ayudamos a comprender las claves.
La esperada conferencia de la NASA de este jueves ha despertado un interés mediático inusitado y ha dado lugar a numerosas confusiones. El hecho de hablar de “vida extraterrestre” en el comunicado provocó toda una serie de especulaciones que han hecho que muchos se sintieran defraudados y que otros hayan confundido los conceptos básicos. Sin embargo, el hallazgo tiene implicaciones científicas muy interesantes y podría ayudarnos a buscar vida fuera de la Tierra de manera algo más precisa. En las siguientes líneas vamos a intentar ayudarte a separar el trigo de la paja:
1. ¿Qué tiene de especial esta bacteria?
Nuestra amiga GFAJ-1 es en realidad una cepa de bacterias de la familia Halomonadaceae , viven en un lago de California (Mono Lake) en el que hay grandes concentraciones de arsénico y en el que se desenvuelve perfectamente a pesar de la toxicidad de este elemento para la mayoría de formas de vida.
Más allá de este hecho, los autores del estudio publicado en la revista Science, aseguran haber demostrado que esta bacteria es capaz de incorporar el arsénico a su estructura, y a su cadena de ADN, en sustitución del fósforo, que se creía imprescindible para la vida. Esto tiene implicaciones en la forma en que tenemos de buscar vida en el espacio pero, como veremos, tampoco va a cambiar radicalmente la astrobiología, como había anunciado la NASA.
2. ¿Qué es lo más relevante del hallazgo?
Lo relevante del descubrimiento no es que las bacterias sobrevivan en un entorno lleno de arsénico, conocemos bacterias que sobreviven en entornos aún más inhóspitos. Lo más interesante es que la bacteria ha incorporado el arsénico a su estructura vital.
Todas las formas de vida conocidas hasta ahora tienen su base en torno a seis elementos fundamentales que aparecen en todas ellas. Se las conoce CHONPS, por su acrónimo en latín: carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo (phosphorus) y azufre (sulphur). Estos son, como si dijéramos, los seis ladrillos fundamentales con los que se construye la vida: sin ellos no habría seres vivos en la Tierra tal y como los conocemos.
Dentro de este puzle, el fósforo en particular, tal y como recuerda la NASA, "es parte de la columna vertebral química del ADN y el ARN... y es considerado un elemento esencial para todas las células vivientes". Sin fósforo, pensábamos hasta ahora, las células no pueden sobrevivir porque lo necesitan, entre otras cosas, para transportar energía (ATP) y para construir sus membranas.
Los investigadores dicen haber conseguido que la bacteria sustituya ese fósforo por un elemento tan inestable como el arsénico, que se incorporaría como un séptimo ladrillo de la vida a partir de ahora. Esto es lo que, de probarse, puede haber cambiado algunos conceptos básicos de lo que entendemos por vida.
3. Cómo se ha descubierto
En el año 2009, la geomicrobióloga Felisa Wolfe-Simon y su equipo ya tenían en mente la idea de que el arsénico podía haber sustituido al fósforo en las células más primitivas porque ambos elementos tienen propiedades similares. Con esta idea acudieron al lago Mono, conociendo de antemano las altas concentraciones de arsénico, cogieron algunos microorganismos del lago y los mantuvieron aislados y sin transferirles algo de fósforo, como se hace de forma habitual para que las células sobrevivan.
De vez en cuando, explican en Science, transferían el cultivo a otra placa para reducir la cantidad de fósforo original y "obligar", de alguna manera, a la célula a "usar el arsénico para sobrevivir".
Un tiempo después, cuando fueron a ver los cultivos, encontraron lo que secretamente esperaban: había vida en las placas y no quedaban, según sus análisis, rastros de fósforo en el cultivo. Para asegurarse, siguieron realizando pruebas y descubrieron que había arsénico en los lugares donde se encuentra habitualmente el fósforo, como el ATP o el ADN de la célula. "La cantidad de arseniato detectado era similar a la que se esperaría en una célula normal para el fosfato", aseguran en Nature, "lo que sugiere que el compuesto estaba siendo usado de la misma forma por la célula".
La célula, digámoslo así, había sustituido un ladrillo de la vida por otro.
4. No hay dos líneas de la vida
Una de las afirmaciones que se han escuchado en las últimas 48 horas es que este descubrimiento supone que la vida evolucionó en la Tierra de dos maneras distintas o que la bacteria "no comparte nuestro antepasado común". Estas afirmaciones son falsas y parten del desconocimiento de lo que realmente se ha descubierto.
El origen de esta bacteria no es ni “alienígena” ni una rama paralela de la vida: sigue la misma línea que todos los organismos vivos de este planeta y utiliza los mismos resortes para vivir.
Como hemos visto, los investigadores “forzaron” a la bacteria a incorporar el arsénico a su ADN y esto no sucede de forma natural en su entorno, o al menos no tenemos pruebas de ello. De hecho, la bacteria en cuestión no depende del arsénico, sino que en su entorno natural utiliza el fósforo disponible para incorporarlo a su estructura. Sólo cuando se fuerzan las condiciones de laboratorio, incorpora el arsénico a su bioquímica.
Por otro lado, desde el punto de vista biológico, no es lo mismo que la vida se adapte al arsénico a que la vida surja del arsénico. De hecho, todos nuestros conocimientos biológicos apuntan a que la vida es mucho más flexible de lo que pensábamos, pero la clave – de cara a la búsqueda de vida en otros planetas - no está en cómo se adapta la vida una vez comienza la evolución, sino en cómo surge.
5. Las dudas de los escépticos
Las dudas de los científicos que han puesto algún reparo a la investigación están en la afirmación que hace el equipo de Wolfe-Simon de que la bacteria ha incorporado el arsénico a su cadena de ADN. Algunos investigadores creen que las pruebas mostradas en el artículo no son concluyentes y de hecho la incorporación se produce sólo en algunos tramos de la cadena del ADN. Las dudas vienen por la inestabilidad del arsénico, que lo tiene difícil para “aguantar” la columna vertebral del material genético de la célula. Además, los investigadores deducen que al sustituirse en cantidades similares el arsénico está haciendo las funciones del fósforo, pero quizá necesiten más pruebas.
Para algunos biólogos, como P. Z. Myers, lo que se ha descubierto es sencillamente otra bacteria extremófila que puede ser forzada a sustituir el fósforo por arsénico en la base de su bioquímica, pero “no es un descubrimiento radical, ni particularmente sorprendente, y es especialmente no extraterrestre”. “Es la clase de asunto”, sentencia Myers, “que merecerá una frase o tres en los libros de bioquímica del futuro”.
6. Ni rastro de alienígenas
El hallazgo, como hemos visto, se ha producido en nuestro planeta y afecta exclusivamente a criaturas terrestres. ¿Qué implicaciones puede tener en astrobiología? En efecto, cambiará la manera en que buscamos vida extraterrestre y hará que los astrobiólogos no descarten de forma inmediata aquellos planetas en que las concentraciones de arsénico sean elevadas. De ahí a afirmar que el Universo puede ser un vergel y que se pueden multiplicar las posibilidades de encontrar vida hay un abismo. De hecho, hay mucho más fósforo que arsénico en el Universo, así que muchos científicos piensan que estamos más o menos como al principio.
7. ¿Ha patinado la NASA?
Sí. Desde el punto de vista de la comunicación, lo vivido en la última semana ha sido poco menos que desastroso. Primero se hizo un intrigante comunicado que puso en alerta a todos los buscadores de alienígenas y teorías de la conspiración del planeta. A continuación algunos mal llamados “periodistas” se saltaron el embargo informativo y empezaron a confundir algunos términos y finalmente la conferencia demostró que el hallazgo es importante, sí, pero quizá no lo suficientemente relevante como para movilizar a medio planeta y crear falsas expectativas.
El problema de credibilidad de la NASA no viene de ahora. La agencia necesita financiación y poner el foco en hechos relevantes que le den un empujoncito administrativo. Hace unos años, el propio director de la NASA aparició en rueda de prensa para anunciar la existencia de microorganismos procedentes de Marte y todo resultó ser un lamentable error.
Con estos antecedentes, convendría que el responsable de comunicación de la NASA vigile su café, no vaya a ser que a algún mando superior se le ocurra comprobar si él también resiste ciertas dosis de arsénico.
1. ¿Qué tiene de especial esta bacteria?
Nuestra amiga GFAJ-1 es en realidad una cepa de bacterias de la familia Halomonadaceae , viven en un lago de California (Mono Lake) en el que hay grandes concentraciones de arsénico y en el que se desenvuelve perfectamente a pesar de la toxicidad de este elemento para la mayoría de formas de vida.
Más allá de este hecho, los autores del estudio publicado en la revista Science, aseguran haber demostrado que esta bacteria es capaz de incorporar el arsénico a su estructura, y a su cadena de ADN, en sustitución del fósforo, que se creía imprescindible para la vida. Esto tiene implicaciones en la forma en que tenemos de buscar vida en el espacio pero, como veremos, tampoco va a cambiar radicalmente la astrobiología, como había anunciado la NASA.
2. ¿Qué es lo más relevante del hallazgo?
Lo relevante del descubrimiento no es que las bacterias sobrevivan en un entorno lleno de arsénico, conocemos bacterias que sobreviven en entornos aún más inhóspitos. Lo más interesante es que la bacteria ha incorporado el arsénico a su estructura vital.
Todas las formas de vida conocidas hasta ahora tienen su base en torno a seis elementos fundamentales que aparecen en todas ellas. Se las conoce CHONPS, por su acrónimo en latín: carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo (phosphorus) y azufre (sulphur). Estos son, como si dijéramos, los seis ladrillos fundamentales con los que se construye la vida: sin ellos no habría seres vivos en la Tierra tal y como los conocemos.
Dentro de este puzle, el fósforo en particular, tal y como recuerda la NASA, "es parte de la columna vertebral química del ADN y el ARN... y es considerado un elemento esencial para todas las células vivientes". Sin fósforo, pensábamos hasta ahora, las células no pueden sobrevivir porque lo necesitan, entre otras cosas, para transportar energía (ATP) y para construir sus membranas.
Los investigadores dicen haber conseguido que la bacteria sustituya ese fósforo por un elemento tan inestable como el arsénico, que se incorporaría como un séptimo ladrillo de la vida a partir de ahora. Esto es lo que, de probarse, puede haber cambiado algunos conceptos básicos de lo que entendemos por vida.
3. Cómo se ha descubierto
En el año 2009, la geomicrobióloga Felisa Wolfe-Simon y su equipo ya tenían en mente la idea de que el arsénico podía haber sustituido al fósforo en las células más primitivas porque ambos elementos tienen propiedades similares. Con esta idea acudieron al lago Mono, conociendo de antemano las altas concentraciones de arsénico, cogieron algunos microorganismos del lago y los mantuvieron aislados y sin transferirles algo de fósforo, como se hace de forma habitual para que las células sobrevivan.
De vez en cuando, explican en Science, transferían el cultivo a otra placa para reducir la cantidad de fósforo original y "obligar", de alguna manera, a la célula a "usar el arsénico para sobrevivir".
Un tiempo después, cuando fueron a ver los cultivos, encontraron lo que secretamente esperaban: había vida en las placas y no quedaban, según sus análisis, rastros de fósforo en el cultivo. Para asegurarse, siguieron realizando pruebas y descubrieron que había arsénico en los lugares donde se encuentra habitualmente el fósforo, como el ATP o el ADN de la célula. "La cantidad de arseniato detectado era similar a la que se esperaría en una célula normal para el fosfato", aseguran en Nature, "lo que sugiere que el compuesto estaba siendo usado de la misma forma por la célula".
La célula, digámoslo así, había sustituido un ladrillo de la vida por otro.
4. No hay dos líneas de la vida
Una de las afirmaciones que se han escuchado en las últimas 48 horas es que este descubrimiento supone que la vida evolucionó en la Tierra de dos maneras distintas o que la bacteria "no comparte nuestro antepasado común". Estas afirmaciones son falsas y parten del desconocimiento de lo que realmente se ha descubierto.
El origen de esta bacteria no es ni “alienígena” ni una rama paralela de la vida: sigue la misma línea que todos los organismos vivos de este planeta y utiliza los mismos resortes para vivir.
Como hemos visto, los investigadores “forzaron” a la bacteria a incorporar el arsénico a su ADN y esto no sucede de forma natural en su entorno, o al menos no tenemos pruebas de ello. De hecho, la bacteria en cuestión no depende del arsénico, sino que en su entorno natural utiliza el fósforo disponible para incorporarlo a su estructura. Sólo cuando se fuerzan las condiciones de laboratorio, incorpora el arsénico a su bioquímica.
Por otro lado, desde el punto de vista biológico, no es lo mismo que la vida se adapte al arsénico a que la vida surja del arsénico. De hecho, todos nuestros conocimientos biológicos apuntan a que la vida es mucho más flexible de lo que pensábamos, pero la clave – de cara a la búsqueda de vida en otros planetas - no está en cómo se adapta la vida una vez comienza la evolución, sino en cómo surge.
5. Las dudas de los escépticos
Las dudas de los científicos que han puesto algún reparo a la investigación están en la afirmación que hace el equipo de Wolfe-Simon de que la bacteria ha incorporado el arsénico a su cadena de ADN. Algunos investigadores creen que las pruebas mostradas en el artículo no son concluyentes y de hecho la incorporación se produce sólo en algunos tramos de la cadena del ADN. Las dudas vienen por la inestabilidad del arsénico, que lo tiene difícil para “aguantar” la columna vertebral del material genético de la célula. Además, los investigadores deducen que al sustituirse en cantidades similares el arsénico está haciendo las funciones del fósforo, pero quizá necesiten más pruebas.
Para algunos biólogos, como P. Z. Myers, lo que se ha descubierto es sencillamente otra bacteria extremófila que puede ser forzada a sustituir el fósforo por arsénico en la base de su bioquímica, pero “no es un descubrimiento radical, ni particularmente sorprendente, y es especialmente no extraterrestre”. “Es la clase de asunto”, sentencia Myers, “que merecerá una frase o tres en los libros de bioquímica del futuro”.
6. Ni rastro de alienígenas
El hallazgo, como hemos visto, se ha producido en nuestro planeta y afecta exclusivamente a criaturas terrestres. ¿Qué implicaciones puede tener en astrobiología? En efecto, cambiará la manera en que buscamos vida extraterrestre y hará que los astrobiólogos no descarten de forma inmediata aquellos planetas en que las concentraciones de arsénico sean elevadas. De ahí a afirmar que el Universo puede ser un vergel y que se pueden multiplicar las posibilidades de encontrar vida hay un abismo. De hecho, hay mucho más fósforo que arsénico en el Universo, así que muchos científicos piensan que estamos más o menos como al principio.
7. ¿Ha patinado la NASA?
Sí. Desde el punto de vista de la comunicación, lo vivido en la última semana ha sido poco menos que desastroso. Primero se hizo un intrigante comunicado que puso en alerta a todos los buscadores de alienígenas y teorías de la conspiración del planeta. A continuación algunos mal llamados “periodistas” se saltaron el embargo informativo y empezaron a confundir algunos términos y finalmente la conferencia demostró que el hallazgo es importante, sí, pero quizá no lo suficientemente relevante como para movilizar a medio planeta y crear falsas expectativas.
El problema de credibilidad de la NASA no viene de ahora. La agencia necesita financiación y poner el foco en hechos relevantes que le den un empujoncito administrativo. Hace unos años, el propio director de la NASA aparició en rueda de prensa para anunciar la existencia de microorganismos procedentes de Marte y todo resultó ser un lamentable error.
Con estos antecedentes, convendría que el responsable de comunicación de la NASA vigile su café, no vaya a ser que a algún mando superior se le ocurra comprobar si él también resiste ciertas dosis de arsénico.